Cómo obtener la Salvación Según las Enseñanzas de Jesucrito

Una de las interrogantes más profundas y significativas para cualquier cristiano es cómo obtener la salvación que nos ha predicado nuestro Señor Jesucristo. Al reflexionar sobre nuestra condición ante el Padre y nuestras acciones en la tierra, esta pregunta comienza a causar un profundo efecto en nosotros: ¿Cómo obtener la salvación? ¿Cómo saber que realmente estoy salvo?

La Caída y el Pecado Original

La comunión divina, la unión prometida con nuestro Señor en el paraíso, se vio resquebrajada cuando Adán y Eva cayeron en la tentación de la serpiente, adquiriendo el pecado original para todos sus hijos. Su desobediencia ofendió a nuestro Padre y les confirió una vida de tormentos fuera del jardín del Edén, entre otros castigos merecidos. Desobedecer el único mandamiento que les dio el gran Padre celestial fue una gran ofensa, los convirtió en seres no aceptables ante la presencia del grandísimo y desató una serie de consecuencias, producto de su pecado.

Este hecho constituye un punto de inflexión para toda la humanidad, que desde entonces se encuentra en declive hasta nuestros días. Ante un panorama como este, lograr la salvación depende de un largo y empinado camino que todos debemos recorrer, donde la comunión de Dios con el hombre necesita ser restaurada.

Herramientas Divinas para la Salvación

¿Cuáles herramientas nos ha dado Dios para obtener la salvación? ¿Nos ha dejado solos en este camino? La respuesta es no. Dios jamás abandona a sus hijos. Para que obtuviéramos la salvación, nuestro Padre celestial nos ha dado la muestra de amor más grande que cualquier padre le podría dar a un hijo: ha sacrificado a su único hijo para el perdón de los pecados en la tierra. La Biblia nos dice: “En Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados…” (2 Corintios 5:19). Consciente de nuestra imperfección, nuestro Padre nos ha dado herramientas para lograr ser salvos ante Él. La salvación de toda la humanidad depende de cómo nosotros aprovechemos los recursos que el Padre, en su infinita misericordia, nos ha otorgado.

El Sacrificio de Jesús

Jesús conocía el plan de Dios a la perfección y aceptó el sacrificio para conseguir el perdón de nuestros pecados ante el Padre. Tanto nos amaba que para conseguir nuestra redención padeció en la cruz: “Porque así como por la desobediencia de uno solo muchos fueron constituidos pecadores, también por la obediencia de uno solo muchos serán constituidos justos” (Romanos 5:19).

Honrando el Sacrificio de Cristo

Jesús no dio su vida en vano. Quienes creemos en Él estamos infinitamente agradecidos por esta muestra de amor. La salvación nos fue dada, pero también debe ser aceptada por nosotros. La salvación solo se logra por medio de la confesión de los pecados y los actos de fe. En pocas palabras, el arrepentimiento ante Dios nos redime y sana nuestra relación con el Padre, y de esta forma seremos salvos.

La Fe y la Salvación

La fe en Jesucristo es fundamental para la salvación. Creer en su sacrificio y en su resurrección es el primer paso para ser aceptados en el reino de Dios. La Biblia nos dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). Este versículo resume la esencia del mensaje cristiano: la fe en Jesucristo nos otorga la vida eterna.

La Vida de Acuerdo con los Mandamientos

Vivir de acuerdo con los mandamientos de Dios es crucial para la salvación. Los Diez Mandamientos, junto con las enseñanzas de Jesús, nos guían en cómo llevar una vida que honra a Dios y a nuestros semejantes. “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente” (Mateo 22:37) y “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:39) son los pilares sobre los cuales debemos construir nuestra vida.

La Oración y la Comunidad Cristiana

La oración es una herramienta poderosa para fortalecer nuestra relación con Dios. A través de la oración, podemos buscar guía, pedir perdón y agradecer a Dios por sus bendiciones. Además, participar en una comunidad cristiana nos brinda apoyo, enseñanza y una oportunidad para crecer en la fe.

La salvación es un don precioso que Dios nos ofrece a través de Jesucristo. Aunque el camino puede ser largo y empinado, Dios nos ha proporcionado todas las herramientas necesarias para alcanzar la vida eterna. A través de la fe, el arrepentimiento, la obediencia a los mandamientos y una vida de oración, podemos acercarnos más a Dios y asegurar nuestra salvación. Nunca estamos solos en este viaje; Dios está siempre con nosotros, guiándonos y apoyándonos en cada paso del camino.

Imagen : https://www.freepik.es/

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